Super8, Navarra y Costa Gallega

8 de Agosto

Confundo los helechos con maripososas, no, con mariposas. Se acaba de colar un a en la furgoneta de un color rojo brillante en un recoveco y Blai la ha sentenciado a muerte pero son muy listas y ha salido airosa aireándose al aire exterior. Confundo los helechos con las mimosas, no mariposas. Los helechos no se achantan por nada.

Nos hemos echado la siesta en un cementerio con las puertas de la furgoneta abierta, qué silencio los muertos. Déjame que no, no me quiero despertar.

9 de Agosto volviendo a Madrid, ya se agudizan las contracturas. Ayer me despertaron en la siesta las desbrozadoras retirando eucaliptos, que no arda Galicia.

7 de Agosto, perdona la caligrafía. Vamos en la furgo saliendo de Finisterre, todo son curvas. Vamos a castro de Barona. Hemos tomado un café privilegiado con vistas al faro y al atlántico y he disparado en demasía. Tengo algo de resaca. Hemos dormido en la Hertz en un parking de pago de Santiago con vistas a un soso edificio que ya no recuerdo como tampoco recuerdo haber salido de casa para intentar vomitar. Blai sí lo recuerda.

2 de Agosto. A media mañana. He parado de escribir para hacerle una foto a Blai porque le daba una luz impresionante, 2º inciso, me ha metido un puñado de ligeritas en la boca. A media mañana hemos tenido un momento incómodo porque él no quería cruzar por un paso de cebra y yo que sí, y no nos hemos entendido así que le he explicitado que qué tensión y él que no. Pero bueno, ha costado encontrar un sitio para comer, yo estaba irritable y él torpón, generándose rallos y centellas que se estrellan. Respira respira y comunica tu meg.

Al final comimos… ¿qué comimos? después de que en dos restaurantes estuviese todo lleno, comimos en un mexicano que tenía de postre una tarta de tres leches: evaporada, condensada y entera que recordaré para siempre. Y luego nos fuimos a la playa de Toribia a un parking que ya decían que para furgos era una cagada pero aún así subimos y justo alguien se marchaba y llegamos nosotros, aparcando en la zona legal. En la carretera, donde no se debe, el resto de vehículos estaban multados. Eso sí, la furgo estaba en una cuesta en lo alto de una montaña y tenía absoluta certeza de que se caería ladera abajo arrastrando consigo individuos en bañador.

En la playa nos saluda un border collie, una niña enterrada en la arena rompe a llorar porque no puede moverse con libertad. Todo son risas y el agua está tibia.

Ah, no lo he contado pero en Llanes en el puerto se me ha caído la tapa de la Minolta por el canto y ha rodado hasta el agua y he estado a ésto de correr por ella. Menos mal que la ansiedad me lleva al freeze. Todo son risas.

Al final la furgoneta no cayó al vacío, nadie ha muerto por mi culpa.

 

 

Cámara: Nizo 481 Macro.

Película: Vision 3 500 T

Revelado y digitalizado en retrolab

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