Algarve y Alentejo, cinco días en coche.

«Después, fuimos a Odeceixe, un nuevo lugar favorito en el mundo. […] el atardecer en el océano y aunque nos burlamos de la pareja que a nuestro lado se hacía una tirada de fotos simulando que cogía el sol o lo empujaba como a la torre de Pisa, hicimos lo propio y obtuvimos una postal de gaviotas en fila india de diferentes tamaños desfilando solo sombras delante del sol. No vimos el rayo verde pero vaya si lo intentamos. Cuando el sol estaba muy bajito y perdía su forma esférica por recortarlo las nubes, Blai me dijo que era Nueva York, me lo creí.

De nuevo en el camping, los vecinos escoceses recogían la nevera portátil y las tumbonas. Se marchaban. Hasta luego Jim. I can’t see you!.  «